La niña azul

El camino de regreso era más bonito aún si cabe, caminamos por un sendero muy trabajado al estilo de una calzada romana que curva tras curva unía todas las aldeas. En ellas comíamos, dormíamos y practicábamos el nepalí. Allí lo del trabajo infantil suena a chino, de hecho la edad casi no importa, el que puede ayuda y más si son niñas.

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